El Reclamo Mexicano Sobre el Archipiélago del Norte en California
Texto y fotografías originales por Carlos Francisco Parra
20 de noviembre de 2020
El Tratado de Guadalupe Hidalgo de 1848 concluyó a la Intervención Norteamericana en México y creando la base de la frontera actual entre los dos países después de formalizar la pérdida de México de California y gran parte del occidente del continente a los Estados Unidos. Al redefinir la frontera entre Estados Unidos y México, el Artículo V el Tratado detalló el curso de la frontera internacional a lo largo del Río Bravo y hacia el oeste a través de varios desiertos, pero su término occidental solo se definió como “un punto en la costa del Océano Pacífico distante una legua marina al sur del punto más al sur del Puerto de San Diego.” El Tratado no especificó el destino de una cadena de islas ricas en yacimientos petroleros ubicadas cercas de las costas del Sur de California, conocidas en inglés como las Islas del Canal (Channel Islands) y en español como el Archipiélago del Norte.
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La ambigüedad del Tratado sobre la transferencia de las islas de México a Estados Unidos ha impulsado la proclamación de reinos autónomos en las islas por ganaderos blancos, mientras que las Boinas Cafés chicanas e intelectuales mexicanos han reclamado el archipiélago por parte de México. Los descendientes de los primeros habitantes del archipiélago, los chumash, también han pretendido utilizar la ambigüedad del tratado para recuperar las islas. Como afirmó el geógrafo Esteban Cházari en 1894, el Tratado dejó al Archipiélago “completamente fuera de la línea señalada a los Estados Unidos; no están dentro de los límites de esa República, no fueron cedidas, continuaron bajo el dominio eminente de México, formando, como desde antes del establecimiento de nuestra Republica, parte integrante de ese territorio.” [1]
Puntos Clave:
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Un Archipiélago en Disputa
El Archipiélago del Norte consiste de 8 islas ubicadas frente a la costa del Sur de California. Las islas cuentas con una distancia de entre 110 km (San Nicolás) y 26 km (Anacapa) del litoral californiano. Aunque muchas de las islas pueden ser vistas visibles desde la costa, la mayoría de los californianos solo están familiarizados con Santa Catalina, la isla más visitada del archipiélago, accesible desde Los Ángeles y Long Beach en ferry. Santa Bárbara, Anacapa, Santa Cruz, Santa Rosa y San Miguel forman parte del Parque Nacional Islas del Canal, mientras que la Armada de los Estados Unidos controla San Clemente y San Nicolás.
Las cuatro islas ubicadas en el norte del archipiélago son:
Isla San Miguel
Las islas en el sur del archipiélago:
Las islas bajo el dominio español-mexicano
Durante los años de control español (1769-1821) y mexicano (1821-1848), las islas fueron consideradas parte de la provincia de la Alta California. Marineros españoles visitaron el archipiélago por primera vez en 1542, pero en general las islas no fueron desarrolladas durante los tiempos de la Alta California española y mexicana. La falta de embarcaciones marítimas en Alta California complicó el acceso (y la colonización directa) a las islas.
Durante el breve periodo de dominio mexicano, el principal desarrollo económico de las islas consistió de una colonia penal fallida y la concesión de tierras. Los gobernadores de la Alta California otorgaron concesiones de tierras a Andrés Castillero (1839), José y Carlos Carrillo (1843) y Thomas Robbins (1846) para iniciar operaciones de ganadería en las islas Santa Cruz, Santa Rosa y Santa Catalina, respectivamente. Ninguno de estos proyectos logró muchos avances. [6]
A principios de 1830, el gobierno mexicano contrató a un barco estadounidense para transportar a 80 criminales desde el puerto de Acapulco hasta la costa lejana de la Alta California. Cuando el bergantín María Ester no pudo convencer a las autoridades de San Diego o Santa Bárbara de que aceptaran a los convictos, se hicieron arreglos con el gobernador José Echeandía y los sacerdotes de la Misión de Santa Bárbara para asentar a 30 de los presos en la costa norte de la isla de Santa Cruz, brindándoles alimentos y material de construcción para comenzar una colonia penal en un área que ahora se llama Prisoners Harbor (Puerto de los Prisioneros).
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Ya enfermos por las malas condiciones sanitarias a bordo del Maria Ester, los presos lucharon por formar una comunidad en la isla, especialmente después de que un incendio destruyera sus viviendas improvisadas. Sin estar preparados para el ventoso clima azotador de la isla, los prisioneros construyeron balsas con todos los materiales que pudieron e hicieron el peligroso viaje hacia tierra firme en mar abierto. Milagrosamente, los presos sobrevivieron y (después de ser recapturados y azotados) se unieron a la sociedad local. Aunque su colonia fracasó, la historia de los convictos sigue viva, ya que "Prisoners Harbor" es uno de los sitios más visitados del Parque Nacional Islas del Canal. [7] Los desafíos del desarrollo de las Islas del Canal impidieron que el archipiélago formara una parte más significativa de la Alta California mexicana.
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El Reclamo Mexicano
Después de que el Tratado de Guadalupe Hidalgo (1848) termino la guerra entre Estados Unidos y México, las Islas del Canal y el resto de la Alta California aparentemente se transfirieron de México a los Estados Unidos. Sin embargo, el texto ambiguo del Artículo V dejo en duda el control político de las islas has la década de los 1890.
El 15 de enero de 1894, Esteban Cházari presentó a sus colegas de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística un discurso patriótico en el que describía los reclamos que México debería perseguir para reafirmar su control sobre las islas. Cházari argumentó que las islas simplemente no se mencionaron en el Tratado, en sí mismo el resultado de “la más injusta de las guerras y del más insigne abuso de fuerza mayor que registra la historia.” [9] |
El archipiélago, afirmó Cházari, estaba “completamente fuera de la línea señalada a los Estados Unidos.” [10] Además, las islas estaban más lejos del límite de las aguas territoriales de los Estados Unidos (que en ese momento solo se extendían a 3 millas de la costa). [11] Además, la distribución de concesiones de tierras por parte del gobierno mexicano en las islas Santa Rosa, Santa Cruz y Santa Catalina durante las décadas de 1830-1840 demostró activamente el control político mexicano del archipiélago, a diferencia del gobierno de EE. UU. Que no ocupó militarmente las islas en el 1850. [12]
Cházari concluyó su discurso diciendo “las islas que forman el Archipiélago del Norte no han dejado de pertenecer, por derecho justo y patente, a la Republica de México; sin embargo, están de hecho invadidas por squatters americanos (advenedizo, entrometido, injusto ocupante).” La Sociedad apoyó las afirmaciones de Cházari a través de una investigación adicional que realizó y en 1894 solicitó al presidente Porfirio Díaz para que tomara medidas diplomáticas al respecto. [14]
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Reclamos indígenas y mexicano-americanos
Irónicamente, los primeros individuos que afirmaron que las islas no formaban parte de los Estados Unidos fueron exmilitares anglo-sajones. El capitán William Waters, veterano de la Guerra Civil, se autoproclamó el “Rey de la Isla San Miguel” en la década de 1890 y se negó a permitir la presencia de topógrafos del gobierno de EEUU en la isla, mientras que en las décadas de 1930 y 1940 el ranchero Herbert Lester declaró que la isla era su propio reino.
Aunque los “reyes” anglo-sajones de San Miguel justificaron la existencia de sus reinos insulares en la ambigüedad del Artículo V del Tratado de Guadalupe Hidalgo, los mexicano-americanos y descendientes de los chumash también señalaron el Artículo V como una forma de buscar justicia.
El intento más famoso de afirmar el Archipiélago del Norte en el nombre de México (citando el Tratado de Guadalupe Hidalgo) no tuvo lugar hasta la ocupación de la Isla Santa Catalina por las Boinas Cafés entre el 30 de agosto-22 de septiembre, 1972. Un grupo de activistas mexicano-estadounidenses, las Boinas Cafés se formaron para manifestarse en contra del racismo anti-mexicano prevalente en el suroeste de Estados Unidos.
Aunque los “reyes” anglo-sajones de San Miguel justificaron la existencia de sus reinos insulares en la ambigüedad del Artículo V del Tratado de Guadalupe Hidalgo, los mexicano-americanos y descendientes de los chumash también señalaron el Artículo V como una forma de buscar justicia.
El intento más famoso de afirmar el Archipiélago del Norte en el nombre de México (citando el Tratado de Guadalupe Hidalgo) no tuvo lugar hasta la ocupación de la Isla Santa Catalina por las Boinas Cafés entre el 30 de agosto-22 de septiembre, 1972. Un grupo de activistas mexicano-estadounidenses, las Boinas Cafés se formaron para manifestarse en contra del racismo anti-mexicano prevalente en el suroeste de Estados Unidos.
David Sánchez, cofundador y primer ministro de las Boinas Cafés, dijo que el propósito de la ocupación era llamar la atención sobre “las malas condiciones de vida de las personas de ascendencia mexicana que viven en los Estados Unidos.” Sánchez y otros 25 Boinas Cafés izaron la bandera mexicana sobre un punto visible por toda la ciudad de Avalon en la isla Catalina. Pese la oposición de los propietarios y residentes anglo-sajones de la isla, las boinas acamparon en Catalina durante 24 días hasta que se agotaron sus suministros y la policía antidisturbios ordenó que se retiraran. [16]
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La ocupación boina de Catalina llamó la atención sobre el estatus ambiguo de las islas bajo el Tratado de Guadalupe Hidalgo, un argumento clave que un grupo de chumash utilizó más tarde para reclamar su título de las islas Santa Cruz y Santa Rosa. En un caso titulado United States ex Rel. Chunie v. Ringrose, Chunie Frances Herrera argumentó que además de que los chumash habitaron las islas mucho antes que la colonización europea, el Artículo V del Tratado no transfirió las Islas del Canal a los EEUU. Sin embargo, en abril de 1986, la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de EEUU negó restaurar el título de las islas a los chumash, afirmando la anexión del archipiélago a los EEUU tras su declaración que “ni los Estados Unidos ni México han cuestionado la inclusión de las islas como parte de California.” [17]
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México Abandona su Archipiélago Perdido
Efectivamente, tal como se afirmó en el caso Chunie v. Ringrose, México nunca reclamó formalmente el Archipiélago del Norte después de la firma del Tratado de Guadalupe Hidalgo. En 1944, cincuenta años después de que Cházari se contactara por primera vez con el gobierno mexicano con respecto a las Islas del Canal, el Presidente Manuel Ávila Camacho formó una comisión de seis miembros de geógrafos, juristas e historiadores para estudiar los reclamos mexicanos sobre el archipiélago. El trabajo de la Comisión Ávila Camacho llamó la atención de la prensa californiana que temía que México estaba a punto de reclamar las islas y exigir impuestos a sus residentes. [18]
La Comisión Ávila Camacho presentó discretamente su estudio de 400 páginas al Presidente Miguel Alemán en diciembre de 1947. Según el historiador Jorge Vargas, la Comisión afirmó que “México carece de derechos sobre el Archipiélago del Norte” y probablemente enfrentaría un fallo “desfavorable” si sometiera el caso a arbitraje internacional. [20]
A pesar de los fondos públicos que se destinaron al proyecto de 3 años, acceso a los hallazgos de la Comisión son restringidos porque el gobierno mexicano teme la reacción del pueblo mexicano. [21] Cuando los Boinas Cafés ocuparon la Isla Catalina no sabían que el gobierno mexicano ya desde hace tiempo había dado por cerrado el caso del archipiélago perdido.
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Además, el Tratado de Límites Marítimos de los Estados Unidos y México (1978) delineó las fronteras marítimas de los dos países, reafirmando por completo la propiedad existente de islas en ambos lados de la frontera marítima, dando confirmación que el Archipiélago del Norte forma parte de los Estados Unidos. “Al norte de las fronteras marítimas” establecidas “en el tratado, México no podía “reclamar o ejercer para ningún propósito derechos soberanos o jurisdicción sobre las aguas o el lecho marino y el subsuelo. La frontera marítima entre Estados Unidos y México en el Océano Pacífico se muestra en la próxima imagen. [22]
En última instancia, el gobierno mexicano, ya sea en la década de los 1890, los 1940 o los 1970, no deseaba entablar una pelea con los Estados Unidos por el estratégico Archipiélago del Norte y sus yacimientos petroleros.
Conclusión: Navegando hacia casa
Es difícil imaginar cómo sería la relación entre México y los Estados Unidos si los dos países compartieran una frontera marítima entre California y las Islas del Canal. La producción de petróleo en el Archipiélago del Norte sería sin duda una prioridad para el gobierno mexicano, probablemente creando tensiones similares a cómo la contaminación industrial entre las ciudades fronterizas de México y Estados Unidos causa preocupaciones de salud pública transnacional. Si aún fueran territorio mexicano, las Islas del Canal serían el extremo norte de América Latina. [23]
Los reinos de San Miguel, el activismo de las Boinas Cafés chicanas en Santa Catalina, la negación del título isleño de los chumash en la década de 1980, y la investigación histórica de Cházari encarnan la incertidumbre de las fronteras trazadas por el Tratado de Guadalupe Hidalgo. El archipiélago mexicano perdido es un recordatorio que la frontera entre Estados Unidos y México padece constante cambio.
Los reinos de San Miguel, el activismo de las Boinas Cafés chicanas en Santa Catalina, la negación del título isleño de los chumash en la década de 1980, y la investigación histórica de Cházari encarnan la incertidumbre de las fronteras trazadas por el Tratado de Guadalupe Hidalgo. El archipiélago mexicano perdido es un recordatorio que la frontera entre Estados Unidos y México padece constante cambio.
NOTAS:
[1] Esteban Cházari citado en Jorge A. Vargas, El Archipiélago del Norte: ¿Territorio de México o de los Estados Unidos? (México, DF: Fondo de Cultura Económica, 1993), 35 y 85.
[2] Mapa por Víctor Busteros Ángeles, “Día 23, jueves 5-05. Rumbo a Coronado,” Expedición al México de Ultramar (13 de febrero, 2015), (http://mexicodeultramar.blogspot.com/2015_02_13_archive.html).
[3] Imagen de la Isla San Clemente (http://www.scisland.org/).
[4] El derrame petrolero de Santa Bárbara de 1969 fue muy influyente el la formación de la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU en 1970. Vea Larry Greenemeier, “Gulf Spillover: Will BP's Deepwater Disaster Change the Oil Industry?” Scientific American (7 de junio 2010), (https://www.scientificamerican.com/article/molotch-deepwater-environmental-sociology/).
[5] Imagen del Helek (Peregrine Falcon) en “Roberta A. Cordero, “Full Circle Chumash Cross Channel in Tomol to Santa Cruz Island,” Wishtoyo Chumash Foundation (https://www.wishtoyo.org/tomol-construction-voyages).
[6] “Island Development,” Camp Internet: Explore the Channel Islands (http://www.rain.org/campinternet/channelhistory/expedition3/santacruz/santacruzranching.html).
[7] Michael Redmon, “Prisoners Harbor,” Channel Islands National Park (https://www.nps.gov/chis/learn/historyculture/prisoners.htm); Frederic Caire Chiles, California’s Channel Islands: A History (Norman: University of Oklahoma Press, 2015), 100; “Prisoners’ Harbor, Santa Cruz Island,” Islapedia (https://www.islapedia.com/index.php?title=Prisoners%E2%80%99_Harbor,_Santa_Cruz_Island)
[8] “Quienes Somos,” Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística
(http://smge-mexico.blogspot.com/p/quienes-somos.html)
[9] Vargas, El Archipiélago del Norte, 87.
[10] Vargas, El Archipiélago del Norte, 85.
[11] Vargas, El Archipiélago del Norte, 42; David B. Newsom, “Why the Three-Mile Limit Sank,” Christian Science Monitor (26 de enero 1989), (https://www.csmonitor.com/1989/0126/edave.html).
[12] Vargas, El Archipiélago del Norte, 91.
[13] “Edificio Sede,” Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (http://smge-mexico.blogspot.com/p/edificio-sede.html).
[14] Vargas, El Archipiélago del Norte, 37-38 and 94-95.
[15] Fotografía en David Sánchez, Expedition Through Aztlán (La Puente, CA: Perspective Publications, 1978), 191.
[16] David Sánchez, Expedition Through Aztlán (La Puente, CA: Perspective Publications, 1978), 180-182, 188-190; Al Martínez, “Judge Asks Berets to Leave – They Do,” Los Angeles Times (23 de sept. 1972), B-1.
[17] “United States ex Rel. Chunie v. Ringrose,” caso decidido por la Corte Federal de Apelaciones, IX Circuito (29 de abril 1986), CaseText, (https://casetext.com/case/united-states-ex-rel-chunie-v-ringrose); “Chumash lawsuit against Santa Cruz and Santa Rosa islands,” Islapedia (https://www.islapedia.com/index.php?title=Chumash_lawsuit_against_Santa_Cruz_and_Santa_Rosa_islands).
[18] J. N. Bowman, “The Question of Sovereignty over California's Off-shore Islands,” Pacific Historical Review, Vol. 31, No. 3 (Aug., 1962), 291-301; “Mexico Will Claim Santa Catalina and Other Islands for Tax Levying,” Los Angeles Times (July 23, 1946), A-1 (imagen de portada editada).
[19] Imagen de “Él es el gringo más odiado; no estamos hablando de Trump,” El Debate (Dec. 16, 2016), (https://www.debate.com.mx/mundo/El-es-el-gringo-mas-odiado-no-estamos-hablando-de-Trump-20161216-0100.html)
[20] Vargas, El Archipiélago del Norte, 8-9.
[21] En 1970 Antonio Carrillo Flores, Secretario de Relaciones Exteriores, explico que la Comisión Ávila Camacho pensó que México carecía de un reclamo suficientemente fuerte para recuperar las islas un siglo después de haber perdido el archipiélago. Según Carrillo Flores la diseminación publica de las conclusiones de la comisión estaba en “contra del interés nacional.” Vargas, El Archipiélago del Norte, 157-158.
[22] Otras disputas territoriales entre los dos países, como el famoso conflicto diplomático sobre la franja del Chamizal entre Ciudad Juárez y El Paso, tardaron casi un siglo en resolverse, a pesar de que en ese caso el reclamo del estado mexicano tenía más fundamento. Si el pequeño territorio del Chamizal en seguida del Río Bravo suscitó una resistencia acérrima de Estados Unidos, ¿qué tipo de posibilidades tendría México para recuperar 8 islas estratégicas frente a la costa de California, particularmente dados sus valiosos depósitos petroleras? Vargas, El Archipiélago del Norte, 154-155. Mapa y citación del tratado en “U.S. Maritime Boundary Treaty with Mexico 1978,” U.S. Department of State (https://www.state.gov/wp-content/uploads/2020/01/MB_US-Mexico_1978.pdf).
[23] Si el Archipiélago del Norte formara parte del territorio nacional mexicano hoy en día, las islas mas probablemente serían administradas por el municipio de Tijuana, lo que esencialmente haría que Tijuana colindara con las ciudades de Santa Bárbara y Ventura. Quizás la administración del archipiélago sería similar a la de Isla Guadalupe, gobernada por el municipio de Ensenada ubicado a 400 kilómetros (250 millas) al noreste de su respectiva cabecera municipal.
[2] Mapa por Víctor Busteros Ángeles, “Día 23, jueves 5-05. Rumbo a Coronado,” Expedición al México de Ultramar (13 de febrero, 2015), (http://mexicodeultramar.blogspot.com/2015_02_13_archive.html).
[3] Imagen de la Isla San Clemente (http://www.scisland.org/).
[4] El derrame petrolero de Santa Bárbara de 1969 fue muy influyente el la formación de la Agencia de Protección Ambiental de los EEUU en 1970. Vea Larry Greenemeier, “Gulf Spillover: Will BP's Deepwater Disaster Change the Oil Industry?” Scientific American (7 de junio 2010), (https://www.scientificamerican.com/article/molotch-deepwater-environmental-sociology/).
[5] Imagen del Helek (Peregrine Falcon) en “Roberta A. Cordero, “Full Circle Chumash Cross Channel in Tomol to Santa Cruz Island,” Wishtoyo Chumash Foundation (https://www.wishtoyo.org/tomol-construction-voyages).
[6] “Island Development,” Camp Internet: Explore the Channel Islands (http://www.rain.org/campinternet/channelhistory/expedition3/santacruz/santacruzranching.html).
[7] Michael Redmon, “Prisoners Harbor,” Channel Islands National Park (https://www.nps.gov/chis/learn/historyculture/prisoners.htm); Frederic Caire Chiles, California’s Channel Islands: A History (Norman: University of Oklahoma Press, 2015), 100; “Prisoners’ Harbor, Santa Cruz Island,” Islapedia (https://www.islapedia.com/index.php?title=Prisoners%E2%80%99_Harbor,_Santa_Cruz_Island)
[8] “Quienes Somos,” Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística
(http://smge-mexico.blogspot.com/p/quienes-somos.html)
[9] Vargas, El Archipiélago del Norte, 87.
[10] Vargas, El Archipiélago del Norte, 85.
[11] Vargas, El Archipiélago del Norte, 42; David B. Newsom, “Why the Three-Mile Limit Sank,” Christian Science Monitor (26 de enero 1989), (https://www.csmonitor.com/1989/0126/edave.html).
[12] Vargas, El Archipiélago del Norte, 91.
[13] “Edificio Sede,” Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística (http://smge-mexico.blogspot.com/p/edificio-sede.html).
[14] Vargas, El Archipiélago del Norte, 37-38 and 94-95.
[15] Fotografía en David Sánchez, Expedition Through Aztlán (La Puente, CA: Perspective Publications, 1978), 191.
[16] David Sánchez, Expedition Through Aztlán (La Puente, CA: Perspective Publications, 1978), 180-182, 188-190; Al Martínez, “Judge Asks Berets to Leave – They Do,” Los Angeles Times (23 de sept. 1972), B-1.
[17] “United States ex Rel. Chunie v. Ringrose,” caso decidido por la Corte Federal de Apelaciones, IX Circuito (29 de abril 1986), CaseText, (https://casetext.com/case/united-states-ex-rel-chunie-v-ringrose); “Chumash lawsuit against Santa Cruz and Santa Rosa islands,” Islapedia (https://www.islapedia.com/index.php?title=Chumash_lawsuit_against_Santa_Cruz_and_Santa_Rosa_islands).
[18] J. N. Bowman, “The Question of Sovereignty over California's Off-shore Islands,” Pacific Historical Review, Vol. 31, No. 3 (Aug., 1962), 291-301; “Mexico Will Claim Santa Catalina and Other Islands for Tax Levying,” Los Angeles Times (July 23, 1946), A-1 (imagen de portada editada).
[19] Imagen de “Él es el gringo más odiado; no estamos hablando de Trump,” El Debate (Dec. 16, 2016), (https://www.debate.com.mx/mundo/El-es-el-gringo-mas-odiado-no-estamos-hablando-de-Trump-20161216-0100.html)
[20] Vargas, El Archipiélago del Norte, 8-9.
[21] En 1970 Antonio Carrillo Flores, Secretario de Relaciones Exteriores, explico que la Comisión Ávila Camacho pensó que México carecía de un reclamo suficientemente fuerte para recuperar las islas un siglo después de haber perdido el archipiélago. Según Carrillo Flores la diseminación publica de las conclusiones de la comisión estaba en “contra del interés nacional.” Vargas, El Archipiélago del Norte, 157-158.
[22] Otras disputas territoriales entre los dos países, como el famoso conflicto diplomático sobre la franja del Chamizal entre Ciudad Juárez y El Paso, tardaron casi un siglo en resolverse, a pesar de que en ese caso el reclamo del estado mexicano tenía más fundamento. Si el pequeño territorio del Chamizal en seguida del Río Bravo suscitó una resistencia acérrima de Estados Unidos, ¿qué tipo de posibilidades tendría México para recuperar 8 islas estratégicas frente a la costa de California, particularmente dados sus valiosos depósitos petroleras? Vargas, El Archipiélago del Norte, 154-155. Mapa y citación del tratado en “U.S. Maritime Boundary Treaty with Mexico 1978,” U.S. Department of State (https://www.state.gov/wp-content/uploads/2020/01/MB_US-Mexico_1978.pdf).
[23] Si el Archipiélago del Norte formara parte del territorio nacional mexicano hoy en día, las islas mas probablemente serían administradas por el municipio de Tijuana, lo que esencialmente haría que Tijuana colindara con las ciudades de Santa Bárbara y Ventura. Quizás la administración del archipiélago sería similar a la de Isla Guadalupe, gobernada por el municipio de Ensenada ubicado a 400 kilómetros (250 millas) al noreste de su respectiva cabecera municipal.